jueves, 26 de abril de 2012

Contraste de sensaciones

No os voy a engañar. Para hoy mismo teníamos preparado un artículo sobre uno de los clásicos del fútbol español que tuvo lugar el sábado (ya que para mí los Madrid-Athletic y los Barcelona-Athletic, y viceversa, también son clásicos), pero la actualidad deportiva y futbolística han dado un giro de 180º a lo largo de la semana que nos hacen replantearnos la publicación de dicha entrada en beneficio de esta nueva, en la que comentaremos conjuntamente el partido del sábado y las semifinales de Champions League y Europa League, respectivamente.

Otrora, y no hace tanto, la tensión vivida en los partidos entre los dos colosos de la supuesta mejor liga del mundo desencadenaban una serie de infortunios y acciones fuera de lugar más que criticables, que todos conocemos y desde el blog no queremos avivar. Por suerte, y gracias a la colaboración de todos, dicho sea de paso, parece que nos estamos dando cuenta de que lo más importante del fútbol es lo que pase con el balón, la propia esencia del juego, independientemente de todo lo demás. Esta vez no se habló ni de árbitros, ni de césped, ni de falta de juego limpio ni de nada externo, sólo de fútbol. Y es este cambio a mejor el que queremos elogiar.

Por otra parte, toda la tensión no sufrida el pasado sábado tuvo lugar entre semana en las respectivas semifinales de la Champions League. Cada uno con su papel, Barsa y Madrid perecieron, por este orden, en sendas eliminatorias. No voy a entrar en quién mereció pasar y quién no en cada duelo, puesto que es algo que se plantea como obvio para muchos, pero sí que quiero destacar la lección de humildad que nos ha dado el fútbol, tan apreciado por momentos como estos, puesto que todos dábamos por segura la presencia de ambos en la final de Múnich. Incluso aquí, en la previa de las eliminatorias de ambas competiciones europeas, dábamos por casi seguro un ‘poker’ de equipos españoles en sendas finales, pero el fútbol, caprichoso como él solo, siempre pone a cada uno en su lugar. Y esta vez el destino quería una final Chelsea-Bayern, a quienes desde aquí damos nuestra más sincera enhorabuena.

La otra cara de la moneda la pusieron los equipos españoles en la Europa League, puesto que dos de los tres posibles jugarán la final del próximo día 9. La final española que no pudo ser en la Champions, podremos disfrutarla en un torneo igual de respetable como la Europa League entre el Atlético de Madrid y el Athletic de Bilbao, más que merecidos finalistas, tras una semana con un más que palpable contraste de sensaciones.



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