jueves, 27 de septiembre de 2012

El espíritu olímpico


Aunque con algo de retraso, nos ponemos a analizar poco a poco los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Como a menudo decimos, podríamos escribir un blog entero sobre lo ocurrido en el país británico durante el pasado verano, pero en nuestro caso iremos desgranando detalle a detalle, sobre todo para hacer más amena la espera de Río 2016.

En primer lugar recurrimos al más que conocido refrán de ‘’Una imagen vale más que mil palabras’’. En nuestro caso no será una imagen, sino un vídeo, que refleja  la verdadera esencia del espíritu olímpico. Cientos de deportistas se preparan a fondo durante la conocida Olimpiada (periodo comprendido entre dos juegos olímpicos) con el único objetivo de cumplir el sueño de toda su vida: conseguir una medalla olímpica.

Algunos estaréis expectantes por el vídeo que viene a continuación. A este colectivo os recomiendo que disfrutéis del video completo, que forma parte de la ceremonia de clausura. Para los más apresurados, lo que verdaderamente os queremos transmitir con el video empieza a partir del minuto 2, aproximadamente. Como opinión personal del autor de estas líneas, el breve espacio de tiempo que dura el vídeo es digno de total admiración. El sueño de Londres 2012 terminó, pero gracias a momentos como este permanecerá en la memoria de todos.


P.D. Por motivos ajenos a nuestra voluntad, la plataforma Blogger no permite la difusión de contenidos sobre los Juegos Olímpicos, por lo que la visión del vídeo debe realizarse a través de la propia página de YouTube. Aún así, os instamos a verlo. Disculpen las molestias.

viernes, 21 de septiembre de 2012

La metamorfosis de los Rallies


Cuando uno piensa en rallies, se imagina coches con muchas pegatinas a gran velocidad, haciendo saltos y derrapando en cada curva. Si le preguntaras a tu padre qué es un rally, quizás te diga que fue uno de los deportes de motor más populares en los 70 y 80: Perfectas obras de ingeniería, precisas como el bisturí de un cirujano y rápidas como el rayo, abriéndose paso entre el público que abarrotaba carreteras tan sinuosas y peligrosas como fascinantes al mismo tiempo.

Si sintonizaras una tarde el canal TDP y logras ver uno de los actuales rallies, verías coches de competición muy similares a los deportivos de gama media-alta del mercado actual. Motores 4 cilindros turbo de 2 litros de cilindrada con tracción total a las 4 ruedas y un sinfín de ayudas electrónicas. La peor parte es que siempre verás ganar al mismo piloto, un francés muy simpático llamado Sebastian Loeb, que lleva ya 8 títulos mundiales y va camino del noveno.

¿Qué ha ocurrido para llegar a la situación actual?  Vayamos por partes. La primera piedra en el camino tuvo lugar en los años 80 con la limitación de los coches. Por aquel entonces comenzó el conocido y más que famoso ‘’Grupo B’’. Para que una marca pudiera competir con un modelo, cuyas limitaciones técnicas eran pocas (por no decir nulas), debía construir 200 unidades del modelo a partir del cual participaría. Sin embargo, tras la muerte de Henry Toivonen y su copiloto Sergio Crespo en el Rally Tour de Corse, se prohibió el grupo para el año siguiente. Quién sabe hasta dónde hubieran llegado los vehículos que competían. Cabe mencionar que de aquella ya desarrollaban una potencia cercana a los 500 caballos.

En segundo lugar, y como era de esperar, el desgaste de los rallies vino con la pérdida de afición por ellos. Los actuales ya no tienen tanta afición en comparación los de hace 30 años, y básicamente se debe a la pérdida de la espectacularidad y los vehículos que compiten, que en su mayor parte, no dejan de ser o Citroën Saxo o AX, Peugeot 205 o 206. En este desgaste también tuvo una repercusión importante el auge y consolidación de la Formula 1, vivido también durante la misma época de los 80: Esto es debido a que en aquel momento se encontraban algunos de los mejores pilotos y también los coches más potentes, con motores V8 turbo que aún siguen poniendo los pelos de punta cada vez que se recuerdan.

Estos factores mencionados anteriormente fueron los que desencadenaron un declive general de los rallies, llegando al punto de ser una competición muy predecible respecto a tiempos y clasificaciones. Si se quieren recuperar los días de esplendor de este gran deporte, solo habría que volver a sus orígenes, aplicando la seguridad del siglo XXI.



viernes, 14 de septiembre de 2012

Ya estamos de vuelta


Se acaba el verano para algunos, entre otros para el equipo de trabajo del blog que ya está aquí de nuevo. Sin embargo, para otros no ha hecho más que empezar, como es el caso de los corredores de la Vuelta a España, la más vibrante que se recuerda, a la altura de otras míticas ediciones del Tour o del Giro. La edición de la Vuelta de este año ha dejado imágenes para la historia, como la novedosa subida al Cuitu Negru o las más que reconocidas llegadas a los Lagos de Covadonga y a Fuente Dé, por no hablar del paso por emblemáticas ciudades como Barcelona, Santiago de Compostela o Gijón, entre otras muchas. Y todo esto ha sido posible gracias a tres hombres: Purito, Valverde y Contador.

Joaquín ‘Purito’ Rodríguez es considerado por muchos el mayor impulsor de esta Vuelta 2012. Pocos contaban con él para la pelea por el mallot rojo, pero los más entendidos ya auguraban las buenas sensaciones del catalán. Bien es cierto que fue de más a menos, pero nadie le puede negar la garra con la que ha peleado cada etapa hasta conseguir el tercer puesto de la vuelta, a tan solo 26 segundos del anterior clasificado. Sin duda, un puesto que debe saberle a gloria después de la exigencia de la competición. Es por esto que queremos resaltar su labor.

También ha sido encomiable el trabajo de Alejandro Valverde, un asiduo en las grandes vueltas y merecido ganador del segundo puesto de la Vuelta 2012, y el de Alberto Contador, que tras dejar atrás su (en nuestra opinión injusta) sanción, vuelve a ganar otra gran vuelta, quizás con un menor tono físico debido a la inactividad pero con una mayor fortaleza mental. Los tres han grabado su nombre en una edición de la Vuelta a España que difícilmente será olvidada, y que muchos recordarán como la mejor de nuestro siglo.