viernes, 2 de noviembre de 2012

Where amazing still happens


''Donde lo increíble todavía ocurre''. Una descripción perfecta para lo que se avecina. Dormir es de cobardes, dicen algunos, y con razón, pues la nueva temporada de la NBA ya está en marcha. Una edición que se presenta (aún) más interesante, con los Miami Heat del ''Big Three'' como actuales reyes de la liga.

En junio acababa una temporada marcada por el famoso ''lockout'' y un LeBron James que por fin conseguía su ansiado anillo. Ya han pasado tres meses desde que la televisión se apagara con él celebrando el título, que han servido para que equipos como Lakers o Nets se reconstruyan a base de talonario. El tema del verano ha sido sin duda Dwight Howard y su marcha a Los Angeles, junto con Steve Nash, para formar un ''Big Four'' con Kobe Bryant y Pau Gasol. Un quinteto inicial que mete miedo (y mucho) pero con un banquillo, para mí, insuficiente (aún con la llegada de Antawn Jamison o Jodie Meeks). Más de lo mismo con los Brooklyn Nets, que a pesar de tener dos All Star (Deron Williams y Joe Johnson) y dos buenos escuderos como Wallace y Humphries (Brook López sigue pareciéndome muy mediocre) necesitan bastante más para ser un buen equipo.

Los demás equipos también se han reforzado bien, ya sea a base de traspasos (esta semana amanecíamos con la noticia del trade de James Harden a Houston Rockets) o nutriéndose de rookies como New Orleans. En estos últimos quiero destacar a Damian Lillard (presente y futuro de los Blazers, en los que debuta Víctor Claver) y Harrison Barnes, pura clase y elegancia para Golden State. Los campeones no han cambiado mucho, a excepción del gran Ray Allen y Rashard Lewis (no quiero ni imaginar lo que puede conseguir este equipo si las lesiones les respetan).También estamos a la espera de dos grandes jugadores lesionados (con la misma lesión, por cierto, rotura de ligamentos en la rodilla): Ricky Rubio, que se prevé que estará listo para principios de año; y Derrick Rose, que podría perderse la temporada entera (esperemos que no ocurra).

Si me preguntáis a mí, el anillo se lo llevará Miami otra vez (mi corazón dice Chicago, pero LeBron es mucho LeBron) y Kevin Durant junto con Serge Ibaka y sus Thunder serán los finalistas (lo sé, tengo poca imaginación). Lo que sí tengo claro, es que nos espera una temporada más que apasionante. ¿Qué pensáis vosotros?




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